La pasión,
es saber con qué mirada
hacemos el amor, no con qué cuerpo.
Francisco Castaño
Não, não se regressa,
Não se regressa aos lugares onde fomos felizes.
Não se regressa porque já só existem em mim.
Nos campos, o odor a esteva e rosmaninho.
Barrancos, de fresco caiado,
O branco, no céu mais azul.
Gritar para dentro dos postigos abertos: Eh!!!
E sentir o cheiro a peixe frito com gaspacho,
Beber água nos piporros dos vizinhos.
Ver o Zé Elvira às gargalhadas,
azeitonas como nunca mais.
O reboliço e a vida na rua,
As alcofas cheias, das mulheres que me chamam Ritinha.
O amor maior dos meus avós.
O calor bafo das tardes de siesta,
As noites de conversa nos portados ao fresco...
Só em sonhos se regressa.
"Mas é no presente que o seu canto me
toca; e dou-lhe, no abrigo da estrofe,
um ninho de palavras onde o seu sono se
recolha do inverno, e os seus olhos fechados
guardem a imagem do azul, o desejo do voo, e
um restolhar de folhas no vento da tarde."
Nuno Júdice, in "Fórmulas de uma luz inexplicável"
"En la vida ni se gana ni se pierde,
ni se fracasa
ni se triunfa.
En la vida se aprende,
se crece,
se descubre,
se escribe,
se borra.
Y se reescribe otra vez,
se hila,
se deshila y
se vuelve a hilar.
El día que comprendí
que lo único que me voy a llevar es lo que vivo, empecé a vivir lo que me quiero llevar". 🍷🌻
Los Amorosos
Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor.
Los amorosos viven al día,
no pueden hacer más, no saben.
Siempre se estan yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente,
el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre- ¡ que bueno !- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como una lámpara
de inagotable aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando,
llorando, la hermosa vida.
Jaime Sabines